Marea alta
Luna sobre una colina de invierno, mientras camino junto a ti bajo una débil llovizna. Luna llena, dos paraguas, abrigos que nos impiden el abrazo. No me gustan las cosas que se amontonan y tu regalo irá al montón de libros sin leer, la dedicatoria guardada en el cajón de la mesita de noche. Tengo que recordar cada vez que me acuesto que no somos nada, dos extraños compartiendo experiencias. Si pudiera describirte como un paisaje serías una playa en invierno con marea alta, en verano abarrotada de huellas humanas que desaparecen según pasan los meses como la marea va bajando. Tú eres esa playa en invierno, nadie quiere internarse en el frío mar, corazón herido, ni los pescadores se atreven a salir del puerto en busca de sustento. Frío, indecisión, movimientos que dan respeto. No te tengo miedo pero no quiero abrasarme en tu agua helada. Mi lugar es el bosque, no el mar. No puedo acompañarte. No soy sirena sino ave diurna en su nido.