En confinamiento

Calma, dónde encontrarte. Te busco y ni siquiera en sueños te encuentro. Pesadillas, no descanso. La madrugada llega pronto. Desde temprano, antes que salga el sol hay movimiento en mi cabeza. Mi cuerpo sentado, de pie, inmóvil pero mi mente pensando. Problemas inexistentes, no soy la única, conversaciones entrecortadas, difíciles instrucciones. No entiendo y lo peor es ese sentimiento, sentimiento colectivo, ansiedades que traspasan atmósferas. Da igual, es indiferente, no me puedo excluir, escapar a dónde, a ningún lugar. Mi cabeza no está en ningún sitio, mi mente, mi pensamiento... Inhala paz, exhala amor y qué es el amor, salvo una canción desesperada. No lo sé, no sé nada. No quiero pensar más, sonidos que me atrapan, voces, lo que queda escrito puede ser tergiversado, se puede volver contra ti, contra mí que soy la que escribo. Ahora da igual, da igual la calma, el agua, la sal, el fuego, cuidado no romperte una pierna. Cuidado, alerta, tú callada, no alces la voz, no propagues el miedo, no difundas, no hables de esto o de lo otro. Hoy, ayer, mañana y así hasta cuándo. Sólo hay un color en mi arco iris, el color del miedo, un dolor en el cuerpo, un malestar en el alma. Sin verbos, sin construcción gramatical. Te amo en la ausencia. Mentiras, dobles sentidos, no lo entiendo. No entiendo nada ni quiero entender. Sola en este lugar, una ventana a una calle desierta. Máscaras blancas, guantes azules, cubos de basura, cuerpos olvidados, cadáveres y tensión.
Cómo se cuenta, números, cifras qué pasará después, apocalipsis, ciencia ficción. Pesadillas en la noche y días agónicos.

Comments

Popular posts from this blog

Marea alta

Chirico, arte metafísico

La escucha a través de los sentidos. Órgano sensorial: el oído.